lunes, 3 de noviembre de 2014

Modas corporativas

Así como en los 80’s fue la “reingeniería”, en los 90’s las certificaciones “ISO”, y actualmente los distintivos “ESR”, forman parte de “tendencias” que las organizaciones se preocupan por implementar o certificarse, en ocasiones, solamente por estar a la vanguardia, a la moda o simplemente por alcanzar un status organizacional.

En el mejor de los casos, las empresas buscan estos distintivos porque forman parte de cadenas de proveeduría y sus clientes se lo exigen para formar parte del sistema. Esto es muy positivo porque un solo cliente impulsa la mejora continua a toda una cadena de proveedores.

El simple hecho de tener una certificación o un distintivo de este tipo, traerá beneficios a la organización, sin embargo lo ideal es, antes de involucrarnos en un proceso de este tipo, justificar claramente la necesidad que la empresa va a cubrir con esta implementación, y no solamente para colocar el reconocimiento en la vitrina de la recepción.

Actualmente en las PYMES mexicanas ocurre una tendencia similar: el uso de las TIC para conectarnos al mundo virtual. Sin embargo, como dicen Gómez y Casadiego en su investigación: “Lo importante no es la conectividad, si no como se usa.”

De nada sirve utilizar las TIC, tener una certificación o un reconocimiento en la vitrina si esto no se puede ver reflejado en beneficios tangibles que impacten en el logro de los objetivos estratégicos de la organización.

Hace un par de años tuve la oportunidad de colaborar en un proyecto de consultoría en la ciudad de Monterrey con José Escalante, un experimentado consultor especialista en el área de procesos y calidad. Cabe mencionar que esta persona tuvo la oportunidad de capacitarse personalmente con Kaoru Ishikawa, gurú de la calidad a nivel mundial.

Visitamos a un cliente, una empresa nacional, importante, dedicada a la fabricación de frituras, era un proyecto muy grande. El cliente tenía la intención de certificarse en ISO, tuvimos una reunión de no más de 30 minutos con un par de directivos. Salimos de la empresa y me dice: “No vamos a trabajar con ellos.” Sorprendido le pregunto la razón, a la cual contesta: “Solo quieren el papel y así no trabajamos nosotros.”

Como consultores es nuestro deber asesorar correcta y éticamente a nuestros clientes al momento que ellos busquen este tipo de implementaciones, con la finalidad de que su compromiso sea genuino con estos distintivos, porque eso fomenta una cultura de calidad, honestidad y compromiso, que como resultado produce resultados tangibles y sobre todo, sostenidos en el tiempo.

Por: Patricio Reséndez, Director de Desarrollo Organizacional en MVP Business Strategy

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