Saber que México es un país
capaz de atraer la inversión de empresas del sector automotriz es un hecho digno de reconocimiento pues se
espera que para el 2020 supere a Brasil y a la India posicionándose como el
sexto país a nivel mundial con la mayor producción automovilística, no obstante
es indispensable llevar a cabo un análisis más profundo de las implicaciones
que esto representa.
El crecimiento productivo de
México marcado por el establecimiento de nuevas plantas armadoras de
automóviles es un factor que debería ser reflejado en el crecimiento económico
del país, sin embargo, es relevante tomar en cuenta que en comparación con el
resto de los países de América Latina como Panamá, Chile y República Dominicana
que tuvieron un aumento mayor al 50% en su productividad con respecto a 1980,
nuestra nación ha tenido un desarrollo carente pues fue hasta el 2011 que
igualó el porcentaje de 1980, después de una caída considerable hasta antes de
1983.
Estas cifras comparativas son
alarmantes pero lo que es realmente indispensable analizar es: ¿Por qué México
no puede crecer más?, ¿Qué factores intervienen que impiden el crecimiento
industrial del país?
A simple vista se podría decir
que México es considerado un país con potencial manufacturero, tomando este concepto como un país enfocado a la
transformación y no así al desarrollo de tecnologías, y que por ello la
posibilidad de desarrollarla es considerada casi inalcanzable dentro de un
paradigma educativo dirigido a emplearse.
Desafortunadamente el enfoque
productivo de nuestro país no es el único responsable de la falta de progreso
en el sector automotriz, de acuerdo con Gordon Hanson (2010), son cuatro los
factores que intervienen: “El bajo nivel de disposición de crédito privado para
empresas y hogares; el alto peso del sector informal en la economía; la
existencia de monopolios en mercados de insumos como la electricidad y
las telecomunicaciones, que incrementa los costos de producción; el
capital humano de la fuerza de trabajo: el nivel de escolaridad en México es
inferior al de países de nivel de desarrollo similar”. Este último factor es
realmente relevante ya que México a pesar de contar con todas las herramientas
para implementar una propuesta de desarrollo, llevarla a cabo sin el capital
humano necesario es una tarea casi imposible ya que para hacer posible el
funcionamiento de cualquier institución es indispensable contar con personal
especializado para garantizar la obtención de la calidad en sus productos.
Un elemento que representa una
gran fuerza en el desarrollo industrial de cualquier país es el Estado y su
capacidad de adaptación a las nuevas tendencias, es por ello que en los últimos
meses las reformas estructurales que ha implementado el gobierno de Enrique
Peña Nieto son congruentes con el
enfoque de crecimiento económico con el que cuenta actualmente México pero para
que sea visible su efectividad es necesario el control de la corrupción.
En este contexto y tratando de
integrar los factores educativo, legal y de corrupción, tomándolos como los de
mayor relevancia, se podría concluir que México
por décadas ha sido visto en el extranjero como un atractivo mercado de inversión; sin embargo, a lo
largo del tiempo el gobierno no ha logrado concretar una estrategia integral
que permita detonar definitivamente la productividad y el desarrollo del sector
automotriz.
Si bien han existido algunos
esfuerzos legales como las reformas estructurales que en ocasiones representan
sólo analgésicos dirigidos a aminorar provisionalmente los malestares de la
economía, éstas no serán suficientes si quedan en un tintero y no logran
reflejarse en un desarrollo medible sustentado en parámetros reales. Por otro
lado, el factor educativo ha sido una cuenta pendiente durante décadas, la cual
carece también de una estrategia estructurada que encause a la población
estudiantil hacia una especialización acorde con la tendencia y realidad de la
actividad industrial del país.
Por ahora, sólo se han
visualizado esfuerzos aislados y no integrales, aunado al grave e intocable
tema la de la corrupción, el cual representa el mayor lastre que obstaculiza
concretar eficazmente cualquier modelo o estrategia económica debido a su
impacto nocivo y concentrador de poderes que buscan solo el beneficio de
algunos grupos que actúan de manera negligente, manipulando los factores
económicos en beneficio particular y no de un modelo de desarrollo integral.
Por: Josué Vargas, Director de Procesos de Gestión y Calidad
Por: Josué Vargas, Director de Procesos de Gestión y Calidad
Referencias:
Salazar, R.
(2014). ¿Por qué México no despega y otros países sí? Recuperado el 31 de
Octubre de 2014. Disponible en:
http://www.forbes.com.mx/por-que-mexico-no-despega-y-otros-paises-si/
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