En la última década México se ha
convertido en un atractivo importante para la inversión y la industria
extranjera, a pesar de los graves problemas de inseguridad y corrupción que
aquejan al país y que le cuesta, según expertos de la economía, nada más ni
nada menos que el 10% del PIB anual. Existe una variedad de factores que
explican este interés en el país a pesar de estos graves problemas, entre los
cuales, se pueden mencionar la vecindad con la economía y mercado más grande
del mundo (EUA), los recursos naturales que posee el territorio mexicano y la
mano de obra que si bien no es lo suficientemente calificada, si es aún más
barata que en otros países en los que la carga de pasivos y prestaciones
laborales son mayores y más exigentes.
Tomando como referencia los
factores mencionados anteriormente, se podría decir que representan de alguna
forma ventajas competitivas pero que en mi opinión no son suficientes para
hacer detonar la industria y la economía del país. Los dos primero factores
mencionados, la posición geográfica del país y los recursos naturales que
posee, son obra de la suerte y beneficio que la naturaleza le ha otorgado a
nuestro país, pero no son factores trabajados y logrados por una estructura
gubernamental y social que generen y ejecuten políticas públicas que
fortalezcan esas bondades que la naturaleza nos ha otorgado y genere aún más
ventajas independientes de la suerte de nuestro destino.
Así en este contexto, la economía
mexicana ha estado supeditada a la suerte. Hace un par de días escuchaba a un analista
económico que mencionaba que hace 50 años el periódico Excélsior publicaba en
su portada a ocho columnas que México ya dejaba el subdesarrollo para iniciar
el glorioso camino del primer mundo. Este optimismo y la espera del paso al desarrollo
ha durado 50 años y contando.
Así después del preámbulo, en el
marco de esta iniciativa de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes, pareciera
un paso importante estudiar, analizar y sobre todo concretar proyectos
innovadores y óptimos que le permitan a México desarrollar una ventaja competitiva
producto de un esfuerzo estructurado, trabajado y no por su suerte. La
infraestructura carretera, los servicios de transporte, los equipos de carga, y
otros tantos elementos que componen la red logística del país, sufren décadas
de atraso con respecto a los países considerados desarrollados, por lo que
existen sin duda innumerables oportunidades de mejora que de tener la capacidad
de concretarlas, representarán una ventaja competitiva que por fin se pueda
etiquetar como “Hecho en México”.
Daré el beneficio de la duda a la
Secretaria de Comunicaciones y Transportes, desenado que en esta iniciativa se
logre concretar un Plan Nacional de Desarrollo de infraestructura acorde y a la
altura de las necesidades de nuestro país, y lo más importante, que se llegue a
la ejecución y no quede en una intensión más guardada en el olvido en el cajón
de algún funcionario público.
Por: Josué Vargas, Director de Procesos y Gestión de Calidad en MVP Business Strategy
Por: Josué Vargas, Director de Procesos y Gestión de Calidad en MVP Business Strategy
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